Mercy me dijo en uno de sus dibujos: "dale un beso a tu mariposa amarilla todas las noches", y me mostró un reloj con cara de gato y ojos amarillos como alas de mariposa. Las manecillas del gatoloj marcaban las cuatro en punto como los cuatro puntos cardinales y al norte señalaban a unas nubes que me pedian escuchar a mi corazón. Esta pitonisa le descascara a cualquiera las escamas del desamor. Antes de irme con sus dibujos entre mis manos cansadas le dije que yo estaba tarde y ella me miró fijamente a los ojos y con una dulce voz me dijo: "nunca es tarde, estás en el tiempo", y de repente mi tiempo como peñones blancos y pesados quedaron suspendidos en el aire que se deslizaba entre el tiempo y sus palabras.
Medio mixto. Mercedes Román |
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