Son las 9 de la mañana en Puerto Rico y me encontraba lo suficientemente alerta para percatarme en medio del tapón de este sujeto que corría y avanzaba a pie mas que yo en mi carro en medio del tedio del tráfico matutino. El tipo con toda la gracia del mundo vestía un calzoncillo de correr azul muy ajustado y tenis mientras en su mano derecha sostenía firme y en gesto de victoria una varita, como la de Tinkerbel, con una estrella en la punta. Varios semáforos mas adelante nuevamente el tipo vuelve y me pasa de lado con su estoica varita que no dejaba caer . Su cara me pareció conocida pero no era Tito Kayak trantando de establecer una pauta performativa acerca de nuestro estatus político; los calzoncillos del "long distance runner" no eran azul celeste y sus tenis no eran rojos. Este tipo monoestrellado y semidesnudo se desapareció de mi vista con la misma gracia que apareció dejando en mi mente el rastro de la varita con la estrellita. Me quedé con mas preguntas que respuestas sobre esta visión urbana del porqué...y porque no? El monoestrellado cantaba victoria desplazándose como un rey Midas con alitas en sus pies sin saber que su simpática carrera transmutaba mi aburrida travesía en otra materia mas firme y brillante llamada sonrisa.
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