Friday, December 24, 2010

De taller con los duendes

Finalizar el año trabajando con duendes, en su mayoría gemelos lo cual resulta dificultoso a la hora del control de calidad en la línea de producción, es una de las tareas mas gratificantes que he realizado en la última semana. Estos duendes le dieron vida a 10 ángeles y alumbraron de estrellas y lentejuelas el camino y las coronas de los tres reyes magos. La faena parecía ardua pero no fué así, hubo de todo. Entre producción y producción hubo recesos musicales, algunos duendes descubrieron la música de bomba, otros descubrieron la estridente y musical sonoridad de un guiro además de derramar el chasquido escondido dentro de la maraca que era nada mas y nada menos que diminutas bolitas grises.

Al culminar las tareas del taller, trabajo temporero para los duendes debido a lo particular del mismo, partieron con sus bracitos llenos de escarcha y lentejuelas a su morada habitual. Derepente me encontré sola rodeada de vestigios que rememoraron el eco de la laboriosidad festiva. Nunca olvidaré a Willam el duende gruñon, a los simbióticos y adorables melliduendes Diego y Sebastián, que se llevaron con ellos el ritmo de la bomba puertorriqueña y me compartieron su cariño y expresiva ternura. Ahhhhh! trabajar con duendes es mi nueva pasión navideña que me hace volar y soñar entre destellos dorados de alas de goma y lentejuelas multicolor.
























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