Lapis Philosophorum. Una travesía en torno la obra de Dionis Figueroa

Dionis Figueroa. “Códice de las pieles #1”.
© 1990 New York. 24”x24”. (Serie de Reconstrucciones Mitológicas).
Acrílico, mármol y pigmento iridiscente sobre lienzo.
Obra Disponible. (+) INFO en: tierracaracol@gmail.com

“La finalidad del arte es dar forma a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia”.

Aritóteles

Pareciera que no todo lo que brilla es oro, pero ciertamente cuando el tesoro es real, brilla con luz propia y se transforma en inmortal. Nos adentramos a espacios intangibles que atesoran el metal y el calibre de décadas de intensa búsqueda identitaria, un viaje al exilio y de múltiples regresos donde el artista logra depurar, en su forma más intrínseca, su voz creadora que no perece a través de los tiempos.

Primero fué el destierro y luego le siguó el encuentro con su alquimia interior, hasta lograr suturar esos huecos por donde la piedra desangraba toda la luz ancestral de un caribe en constante transformación, de ires y venires. Fueron varios puertos, renaceres, conjeturas sobre el agua de mareas y corrientes que marcaron el destino y dieron forma esta piedra filosofal. El expedicionario de mirada marina, resguarda una bitácora precisa en sus anotaciones. Este viajero alquimista, transmutador de elementos cálidos, fríos, secos y húmedos, entiende sobre el poder transformador del arte como elemento insoluble, constante y necesario.

El periplo al perfeccionamiento de la naturaleza humana es el gran secreto que habita en las estratas de creación del navegante. El maestro ha sobrevivido mas allá del tiempo necesario para un alquimista escudriñar profundidades, para lograr con sus aciertos y desaciertos la mas precisa obra de conocimiento filosófico, de ciencia pura sobre el universo creativo. Estamos ante la presencia de un valiente arriesgado que no escatima en sus experimentos de búsqueda para llegar a la pureza de su obra mas universal.

Cuando todas las posibilidades parecían agotarse en la elaboración exitosa de un lenguaje alquímico de creación, las palabras y las imágenes de un trayecto interior se transmutaron en el más genuino oro, es entonces cuando el curioso navegante nos regala su gran secreto, en el descanso en alguna playa de arena roja con el color de la verdadera piedra filosofal, compuesta de todos los elementos imprescindibles para la vida. El artista construyó y otorgó forma lumínica a la esencia de su propia búsqueda. Se vistió de todos los elementos necesarios para modelar la permanencia de su viaje que hoy comparte en un libro/bitácora abierto ante el mundo. Este libro, con sus notas bañadas de constancia creadora, nos recuerda la necesidad de entender que la pureza en la obra de este artista viajero ciertamente yace en la representación de la “esencia secretas de las cosas”.

15 de febrero de 2010. 
Santurce. Puerto Rico.