Este pintor encontró la felicidad haciendo felíz a otros, como cuando llevó a unos niños de la mano y observaron juntos desde la estrella mas alta una ciudad que se estiraba y se encogía como un chicle, pareciendo mas tierna de lo que él pensaba. El pintor también encontró la felicidad en un largo viaje, mientras navegaba en un desierto buscando en una red sin mar su alma gemela que encontró al otro lado del océano. También lo logró cuando miró a los ojos de su madre sin memoria y la guió hasta el fin de sus días, o como cuando su único hermano lo miró profundamente a los ojos porque se acompañaron hasta el final sin juzgar sus travesías. La felicidad la encuentra cada día en una copa de cristal con labios de mujer cuando vé en ella su mirada reflejada y se acerca a beber cada sorbo y cada momento que fué. Este pintor en pausa, sabe reconocer y sabe esperar hurgando entre partículas y cabellos el mas grande y paciente amor.
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