Haití me duele en el corazón...como me duelen Gabriel y Chiquindolo cuando los veo vagando sin rumbo buscando sobrevivir en la tierra que los vió nacer. Haití es el malquerido, el olvidado, el de la trastienda, el insignificado valiente que un buen día con su grito primigenio y libertario despertó una América dormida para decirle somos una nación, somos hijos libres, y abrió la senda para otros hijos de la libertad. Haití me duele por mas de un motivo, por mas de una senda misteriosa, porque me ha mostrado otra cara del amor, de las pasiones, del dolor y me hecho entender que por debajo de este mar, el Caribe, nuestras raices se enterelazan y se tuercen, por que Haití, aunque sea el malquerido, nos recuerda constantemente que esta ahí; gritando desde las entrañas de su tierra que destila dolor y mares de llanto.
Mi querida, se me olvidó decirte que publiqué esto en el nuevo L.I.F.E. que por el frente está dedicado a Haití. Gracias por siempre iluminarme el camino en las buenas y en las malas.
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