Wednesday, June 15, 2011

Un buen día decidí dejar de tirarle mis perlas a los cerdos y guardarlas en mi pecho hasta que te encontré a tí. Hoy abro mis manos y te digo ¡MIRA! te las ofrezco.Las tomaste con delicadeza, las acariciaste sin prisa, las miraste y las besaste. Solo escogiste llevarte el recuerdo de su brillo y su blanca tersura, me miraste a los ojos y reconociste el lugar donde deben descansar mis tesoros, que no son tuyos, que tomaron mucho tiempo en destilar, capa a capa lo mas preciado, pureza hecha de impureza, intrínsecas cuentas de mi ser.

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