Friday, August 14, 2009

El Curio de Mi Madre

El curio de mi madre tiene una gran colección de elefantes. Dicen que los elefantes abren caminos. Yo pienso que alentan el proceso de algunas cosas por suceder. Miro el curio de mi madre y entre fotos, elefantes y recuerdos hay historias que ya no vienen al caso, pero ahí están. Antes de entrar al curio, los elefantes, estaban en una mesa y había que ponerlos a todos con la trompa señalando hacia la puerta de salida de la casa para que, como dice mi madre, “se vaya todo lo malo”. Los elefantes de cerámica, porcelana, madera ,vidrio y plástico ahora están cautivos en su propia encerrona, ya no señalan hacia afuera, solo me miran cada vez que visito la casa y me siento en el sofa frente a ellos. Los observo y pienso en cada uno de los obstáculos que mi madre no ha decidido derribar, allí llacen todos junto a ella, así los veo yo, como obstáculos, pero quizás para ella son su trinchera...quien sabe. Hay unos elefantes de nuestro viaje juntas a Nueva York, hay otros de cuando me fué a visitar a México y los que se compró en una de tantas visitas a mi hermana en la Florida. De todos esos elefantes hay unos cuantos en la colección que todavía no logran derrumbar una muralla invisible entre mi madre y yo. A veces siento que me parezco tanto a ella…pero después decido que no, que es a mi padre a quien más me parezco y me aterroriza parecerme a ninguno de los dos. Paso más tiempo en contacto con mi padre aún cuando acepto que a veces mi reflejo en él es tan intenso que lo llego a detestar, y pienso que es a él a quien detesto cuando realmente es a mi reflejo. Me reflejo en los vidrios del curio de mi madre y pasan los días, los meses y los años en espera de decirle tantas cosas que tengo guardadas para ella. Mi elefante no avanza, no logra derrumbar esa pared entre ella y yo. Simplemente ese gran elefante blanco se queda ahí parado, mirándonos y yo esperando la señal de su trompa para que saque "todo lo malo" que me enmudece frente a mi madre.

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