Tengo conmigo un diario de viaje que no me pertenece. Lo encontré hace como tres años tirado frente a una casa de Ocean Park junto a restos de muchos otros artículos personales como botellas antiguas de perfume, libros de cuentos de niños y libretas de anotaciones escolares con fechas de los años de 1920 y 1930. Decidí rescatar algunos de esos objetos llenos de historias ajenas y los traje a mi casa. Después de haber leído algunos de los libros, de reojo, el que más me llamó la atención fué el diario de viaje. Hoy desperté pensando en ese diario. Hace unas semanas comenzé un proceso de reorganización en mi casa, de dehacerme de muchos objetos y cosas para ordenar mi vida y mis pensamientos y ahí fué cuando me topé con el diario ajeno y decidí rescatarlo una vez más,pero de mis propias manos. Cuando pienso en él pienso en los objetos que guardan mis memorias y de como algunos de esos objetos me han causado rabia, tristeza, dolor, alegría, extrañeza y hasta apatía. Hoy encuentro este diario ajeno, por alguna extraña razón, muy cercano a mí. Alguien lo desechó y me invento la historia de la persona que decidió eliminarlo y lo tiró al precipicio del olvido. Realmente no tiene nada de particular, son solo apuntes del viaje de una mujer junto a su esposo y anotaciones de lugares visitados y cosas que habían comprado. Lo que me fascina es imaginarme el resto de la historia, la que ella nunca escribió y pensar que fué un viaje maravilloso, aunque no fué mi travesía. Estoy trabajando con este libro que se convertirá en otra cosa y creo que hasta en más de un dibujo.
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