Saturday, October 24, 2009

Quisqueya abroad: La Pocajontas

El hambre le cala hasta los huesos que deben cargar su largo y alaciado cabello a fuerza de alizados que se quedan con un gran porciento de su sueldo nocturno. Ella sale de la cocina comiendo ensalada con un gesto en su cara de mandato religioso. Sus demás compañeras la evitan, casi ni la miran, como si fuera una señal de divina envidia por La Pocajontas y su cuerpecito que carga un par de tetas mas pesadas que las cuentas que cobra todas las noches en el bar. Su cuerpo huesudito se desplaza entre el bar y la cocina mientras sarandea su lacia cabellera y la acaricia con su peine de uñas acrílicas que acaba de retocarse para el viernes en la noche. Las demás compañeras no le ganan en su flacura mucho menos en la competencia pechugona que se desborda de sus camisas con escotes forzados. La Pocajontas se tropieza con una compañera saliendo de la cocina y comienza poco a poco el hervedero de rabias y de reclamos ante las demás chicas. Ella le dice a La Jefa que se tropezó sin querer pero que La Otra insiste en pensar que ella lo hizo a propósito. La Jefa le dice a La Pocajontas que se debería de disculpar, que las disculpas siempre hacen todo mas llevadero y armonioso en el trabajo. Pocajontas en su orgullo insiste que no y que no, que ella no tuvo la culpa. En eso sale La Forastera que presenció todo el numerito y mete la cuchara, observa a La Pocajontas y a La Jefa y les dice que la palabra disculpa lo dice todo por sí misma, que significa que te quitas la culpa ante el otro y en público y que eso no tiene nada de malo. La Jefa, las otras y EL Cliente se miran entre sí y asienten con la cabeza su gesto de estar de acuerdo con La Forastera. Las aguas bajan y la comida de La Forastera también. Pocajontas se sienta tiernamente junto a La Forastera cerca al bar para cobrarle por su plato de tostones con chuleta ahumada y ensalada. La Forastera la observa sintiendo empatía por su desconocida vida mientras mira fíjamente la carita de La Pocajontas que probablemente todavía es una niña.

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