Wednesday, February 6, 1989
El escribe: Cosas que me trae el mar:
"Aun el menor evento en la vida de un niño es un evento en el mundo de ese niño, y por ende, un evento en el mundo."
-Bachelard
Cosas que me trae el mar:
Y como carajo resistir a ese ojo... Me parece que seria interesante que nos vieramos, literalmente y exclusivamente, en silencio, ¿estas despierta¿?
Ella dice: ...que todavía, yo no se nadar...en esos mares...
El Escribe: Solo tienes que cerrar los ojos y respirar por la piel; lo peor que pudiese pasar es que flotes.
Ella dice y escribe: Que sí! Que sí! Que siempre he sabido flotar...
Venta de corazones
Destierro del mar
“Baja el telón” para Emilio Carballido El dramaturgo mexicano falleció en el estado de Veracruz el pasado lunes a los 82 años, a consecuencia de un infarto. (endi.com)
Se fue Carballido y ya casi no me acordaba de él. Escribió "Guillermo y el Nahual". Durante "El Censo",Miguel me presentó su obra cuando aún yo era muy tierna sobre un escenario donde arrebaté muchas risas...las mas que recuerdo fueron las de mis amigos. Todavía las siento retumbar en el auditorio. QUE BELLO!
El escribe: ¿Como puedes sentir destierro cuando sientes tanto?
Sobre un columpio bajo la luna:
Cuando paro el columpio:
Ella dice: Ese azul y esas flores de bugambilia me persiguen...me los traje tatuados en mis pupilas desde la casa de Tepopula donde pasé días hermosos de verano, desde la casa de Coyoacán muy cerca de mi casa en la calle de Corina. El rosado lo llevo en mi sangre enredado como se enreda la bugambilia con sus espinas en esas milenarias bardas de adobe que guardan jardines escondidos con estanques de lotos, esculturas de Zuñiga, caballerizas abandonadas, casas con escaleras de espiral que me llevaron a habitaciones con balcones como el de Rapunzel. Tus imágenes de cosas que pertenecen a tu espacio y lugares donde nunca he estado se hacen muy reales para mi, en mi pasado y en mi presente. Todavía no pares el columpio...todavía no POR FAVOR.
El escribe: "La luna, que es el capricho mismo, se asomó por la ventana mientras dormías en tu cuna y se dijo: "Esta criatura me agrada". Bajó delicadamente su escalera de nubes y atravesó sin ruido los cristales. Luego se tendió sobre ti con la suave ternura de una madre y deposito en tu rostro sus colores. Tus pupilas quedaron verdes y tus mejillas extraordinariamente pálidas. Por contemplar esta visita tus ojos se agrandaron de modo tan extraño, y ella te aferró con tal ternura la garganta, que te dejó para siempre deseos de llorar".
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