Tuesday, September 29, 2009

Historia Peluda #10 de Miss Wiwi la biutichan

Eran principios de los los años 70 y ella me dijo que trabajaba en un famoso biuty del Condado; ese era su oficio y su profesión, con la que se ganó la vida por muchos años y le dió de comer a ella y a sus hijos, el de biutichan. Cuenta que tenía una clienta española a la cual atendía todos los días con excepción de los domingos y los lunes, era preciosa. Miss Wiwi, la biutichan, era muy joven, a penas 23 años y tenía problemas en su matrimonio y andaba separada; ya tenía dos hijos. La española en cada visita, mientras Wiwi le lavaba y le peinaba su rubia cabellera, le enviaba mensajes de abajo hacia arriba llenos de consejos a la joven biutichan. Wiwi escuchaba detenidamente sus palabras llenas de sabiduría popular mientras acariciaba su cabellera espumosa y entre burbuja y burbuja veía como a veces escapaba uno que otro pensamiento de la cabeza de la española.

La española entre consejo y consejo para Wiwi también le contaba de como ella le "tenía cosa" a los hombres. Ella decía que trabajaba por las noches bailando hasta que un buen día, en una de esas lavadas y peinadas, le confesó a la biutichan que ella era prostituta. Wiwi, la biutichan, se quedó totalmente paralizada como si le hubieran hechado un cubo de agua helada en la mismísima cara, pero continuó en la faena de su trabajo, ahora con la prostituta, mientras terminaba de arreglarle su cabello.

La española siguío con su rutina de visitar todas las semanas el biuti y como siempre era la última cita del día de Wiwi. En cada visita la biutichan la veía mas cansada, pálida y desmejorada. El cabello de la española ya no agarraba el rizo de la misma manera con las tenazas calientes y se había tornado un tanto mustio.

Un día la meretriz llegó confesando que se sentía mal y Wiwi la refirió con su novio EL Médico. Luego de que pasaron 3 días de este suceso el novio de Wiwi la llamó y le dijo que la española estaba muy mal, que Wiwi misma tenía que pasar por el hospital a checarse y a hacerse una placa del pecho; la prostituta era tuberculosa.

La próxima ocasión en que la española se presentó donde Wiwi para su acostumbrada cita le dijo que tenía tuberculosis. Wiwi le mencionó que ya ella lo sabía. La española decidió irse unas semanas a un hospital en un campo. Hiba y venía y todavía visitaba el biuti para que le arreglaran su cabellera porque ella decía que no podía cesar de trabajar pues tenía el deber de enviarle dinero a su madre y a su hija en España. Pedía que le pusieran el pelo bonito por que se hiba a trabajar. Día con día la mujer hiba desmejorando más y más hasta que llegó a usar una pieza postiza que Wiwi le arreglaba y peinaba con mucho esmero ya que era la experta en pelucas, postizos y tisin del famoso biuti del Condado.

Hoy día Wiwi sigue impactada por esa mujer en mas de una manera y nunca la olvidará por más de un motivo. La última vez que la meretriz se personó al biuty y se atendió su cabello dijo que se regresaba a morir a España. Ya nunca más Wiwi volvió a saber de ella.

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