Thursday, September 17, 2009

J. no, J.L.

Un chiste pesado, chiste mío, me hace recordar tus mejores tiempos cuando caminabas por los pasillos de la escuela repartiendo tu mal humor pero sobre todo esa capacidad única de comprometerte con el arte y con tu trabajo...el trabajo que te tocara, aunque fuera de delivery boy medio día y de catedrático en la tarde. Hoy siento tu dolor muy dentro y me duele ahí donde muerde la nostalgia de los gratos momentos, del saberte solidario y a la misma vez abandonado en una habitación fría de un hospital. Hoy lloro de risas y de alegrías, de saber que te conozco, que te he conocido y que te reconoceré siempre, en este mundo fantásticamente cruel que hoy me azota con tu recuerdo y que me grita a la cara que aquí has estado; que hemos reido y hemos llorado y que nunca habrá sido en vano. Un día en uno de nuestros primeros encuentros escolares insistí en llamarte J. me dijiste "no, dime J.L.". Hoy comprendo tu insistencia demasiado bien pues a través de mi vida he conocido muchos J. pero J.L. sólo eres Tú.

1 comment:

  1. Triste pero muy bello. ¿Leerá esto J.L.? Estoy segura de que al menos lo podrá sentir.

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