La Alfarera

Las manos de Verónica crean formas y vasijas. Hay días en que la veo trabajar y de sus manos brotan mágicos instrumentos que transforman la tierra en hermosos seres. Algunas de estas formas se convierten en contenedores de alegría, de llanto, otros de dolor y hace poco presencié como otorgó vida a un hermoso gallo de pelea. Hay días en que ella se siente mas lenta, mas pesada y que su andar es mas lánguido y acompasado. Ella piensa que ha cambiado; que cada día se mira ante el espejo que le devuelve su imágen transformada, hinchada y cansada. Eso es lo que ella percibe y no es para menos, cuando por estos días Vero da vida su máxima pieza de creación. Ella es ahora una hermosa y gran vasija que albega el modelado de un nuevo ser, que contendrá su propia risa, su propio llanto en este mundo de incertidumbres y de maravillosos viajes.