Tuesday, September 1, 2009

Ofrenda a Marta "LA BRUJA"



14 de febrero de 2008 Santurce, Puerto Rico, El Caribe


“…Tres collares de lenguas de marfil y jade

resonaban tallados sobre el pecho,

y una diadema de corales le adornaba las sienes(…)

Cargaba sin miedo las cenizas de sus propios huesos

camino al otro mundo…” -Rosario Ferré


En este día, y por augurio misterioso, mis manos se acercaron al collar de Marta, el mismo que le compré poco antes de que ella partiera a su recondita morada. Me contemplo, sentada al borde de la acera junto a ella y recuerdo su paño de gitana, extendido sobre el piso, lleno de joyas preciosas que incluían libros de sus pasadas lecturas y prendas impregnadas del arte de sus manos. Cositas, cositas de tesoros invisibles a los ojos transeúntes que involuntariamente se desviaban a las tiendas de Coach y Polo y que jamás aterrizarían sus miradas en este caudal de bajo precio e incalculable valor.

Allí, en el piso sobre ese paño mágico, Marta y yo hablabamos del arte, de la vida, de los fósiles y es, que no importaba el tema de turno, Marta tenía el brujo poder de hipnotizarme con sus historias. Su primer relato, que me hipnotizara, no era de ella…era prestado. Era la historia de Alicia la que más le apasionaba, ¡sí! la del país de la maravillas inexplicables, quizás una historia muy cercana a las “maravillas” impresionantes de nuestra tropical realidad cotidiana.

La primera vez que mis manos retomaron el pincel buscando entre mapas corpóreos la revelación del ejercicio de la pintura, Marta, me escribió un breve cuento.

–Ay mi’ja, es que yo no sé escribir como para catálogos, yo te puedo escribir algo pero a mi manera.

Perfecto, pensé. Sentía que su manera sería la indicada. En este cuento/carta Marta me dio la bienvenida iniciática al mundo de las maravillas: el de Alicia. Me abrió las puertas del tunel/laberinto y en breves palabras fue como si hubiera dicho,

-Pasa niña, atrévete, tienes el temple.

Así emprendí el camino, aquí en mi casa, a través del espejo; con sus consejos, con su protectoría. Marta vio mensajes en mis pinturas que en ese momento yo misma no entendía, pero que fueron muy certeros. Ella vio un mensaje ecológico, sinceridad y honestidad en mi imaginario.

Esta noche Marta me acompaña en el tintineo de su collar. Desde entonces la he llevado muy cerca de mí como un andante altar. Esa “bruja hereje”, que siempre tuvo opinión y mucho que decir, se llevó con ella muchos secretos. Hoy guardo y porto su collar como una ofrenda a su hermosa presencia en mi vida. A ti! “Bruja Hereje” porque fuiste mi maestra en la sinceridad.

1 comment:

  1. Gracias por compartir la magia. Me encanta el cuento de Marta y me la imagino llena de joyas. Esos personajes cuya opinión es una confirmación de que vamos en camino, ¿qué nos haríamos sin ellos?

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